10.6.04

La calle que no calla

Días pasados, en la estación Constitución del Ferrocarril, que uso a diario, llegué al sector de boleterías con un minuto de tiempo para arribar al tren, a riesgo de esperar media hora por otro. Con el monto justo ($ 1,20) me ubiqué en la ventanilla de "PAGO EXACTO" que usualmente es mas expeditiva. Delante mío había solo una persona, un señor que semejaba unos 50 años, con un bolsito al hombro y un billete de $10 en su mano intentando en vano conseguir su boleto. La mujer de la boletería se esmeraba en señalar con algo de enojo el cartel de "PAGO EXACTO", donde el hombre poso sus ojos y dandose vuelta y mirandome dijo "No sé leer". Mi respuesta fue veloz: "Es una boletería para monedas. Aquella está vacía y allí le darán su boleto."; mi asombro fue enorme... pensé ¿qué cosas se habrá perdido o se estará perdiendo este hombre por no saber leer? ¿Y qué cosas habrá disfrutado por su ignorancia?... Perdí el tren y tuve que esperar media hora.

3.6.04

Metafísica bloguera

Para comenzar con la bastarda tradición de redactar episodios inconclusos de estas nuestras vidas cotidianas, deslizo una inquietud que tal vez no sea respondida ni correspondida en absoluto:

¿Cuál es el capricho celestial que nos lleva a escribir estos despojos aún cuando sabemos que tal vez ninguna alma caritativa mojará sus ojos en ellos?