13.4.11

Y sigue Ozzy

Extracto de su autobiografia...

-Bien, señor Osbourne, quiero preguntarle algo -dijo el médico-. ¿Ha tomado alguna vez drogas 'recreativas'?

Este era uno nuevo, el médico al que fui cuando decidí quitarme de todo. Llevaba casi cuarenta años pasándome con el alcohol y las pastillas, de modo que me pareció buena idea enterarme de los destrozos que habían causado.

-Bueno -dije con una tosecilla-, una vez fumé un poco de marihuana.

-¿Y ya está?

-Sí, ya está.

El médico siguió toqueteándome y comprobando sus notas. De pronto se paró y preguntó:

-¿Está seguro?

-Bueno -dije con una tosecilla-, también un poco de speed. Pero hace mucho tiempo.

-¿Así que solo marihuana y un poco de speed?

-Eso es, sí.

El médico siguió a lo suyo. Pero al cabo de un rato se detuvo de nuevo:

-¿Está absolutamente seguro de que solo ha sido marihuana y speed?

-Hombre, en otra época me hice alguna que otra rayita de farlopa -le dije; empezaba a sentirme confiado.

-Entonces, ¿marihuana, speed y... algunas rayas de cocaína?

-Sí, y eso vendría a ser todo.

-¿Y está seguro de eso?

-Ajá.

-Quiero estar absolutamen...

-¿La heroína cuenta?

-Sí, la heroína cuenta.

-Ah, entonces heroína también. Pero solo una o dos veces.

-¿Seguro que solo un par de veces?

-Sí, sí, seguro. La heroína es una puta mierda de droga. ¿La ha probado usted?

-No.

-No me va. Se vomita demasiado.

-Efectivamente, las náuseas pueden ser intensas.

-A mí lo que me parece es un desperdicio de alcohol.

-De acuerdo -me cortó el médico-. ¿Hay alguna droga que NO haya tomado, señor Osbourne?

Silencio.

-¿Señor Osbourne?

-No, ninguna que yo sepa.

Más silencio. Finalmente, dijo:

-¿Y qué me dice del alcohol? Ha mencionado usted que bebe. ¿Cuántas unidades al día?

-No sé. Unas cuatro, más o menos.

-¿Puede ser más específico?

-Botellas de Hennessy, pero depende.

-¿De qué depende?

-Del tiempo que paso desmayado entre una y otra.

-¿Y solo bebe Hennessy?

-Hombre, la cerveza no cuenta, ¿no?

El médico sacudió la cabeza, suspiró y se frotó los ojos. Luego pregunto:

-¿Fuma usted, señor Osbourne?

-De vez en cuando.

-Menuda sorpresa. ¿Cuántos al día, diría usted?

-Treinta y alguno.

-¿Qué marca de cigarrillos?

-No, no, puros. Los cigarrillos no los cuento.

El médico empezó a ponerse muy pálido. Por fin dijo:

-¿Cuánto tiempo hace que mantiene esa rutina diaria?

-¿En qué año estamos? -pregunté.

-2004.

-Pues casi cuarenta años.

-¿Hay algo más en su historial médico que deba saber? -preguntó.

-Veamos -dije yo-, una vez me atropelló un avión; bueno, casi. Y me he roto el cuello montando en quad. Durante el coma morí dos veces. También he tenido sida durante 24 horas. Y he creído tener esclerosis múltiple, pero resultó ser un temblor de Parkinson. Ah, y he tenido gonorrea unas cuentas veces. Y un par de convulsiones, como aquella vez que tomé codeína en Nueva York, o cuando me metí la droga de los violadores en Alemania. Y eso es todo, en serio, a menos que quiera incluir los medicamentos con receta.

El médico asintió. Luego carraspeó, se aflojó el nudo de la cortaba y dijo:

-Tengo otra pregunta que hacerle, señor Osbourne.

-Adelante, doctor.

-¿Por qué sigue usted vivo? -