24.1.06

Baratita la filosofía

A diario, en las distintas estaciones terminales de trenes y subtes, suelo encontrarme con personas, muchas veces niños, que interrumpen mis pensamientos con una frase que merece al menos una reflexión. Ellos claman a los cuatro vientos:

"La razón a voluntad"

Digamos que nos otorgan la capacidad de pensar si nosotros así lo decidimos.
Al menos, interesante.

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